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TROYANO PARTE IV

TROYANO PARTE IV

TROYANO (Parte IV)

Vestir con arte… llevar el arte consigo, es una posible premisa para unir la obra de Michel con la de Ramzi Khedher a través de JJRamz, el espacio de diseño del segundo, convergencia con la que experimentan dentro de la larga tradición creativa de Scabal.

Desde 1938, la reconocida sociedad comercial que une intereses ingleses con belgas, alemanes y luxemburgueses, es líder mundial en la innovación técnica y de procedimientos textiles por la calidad de su realización y resultado final. Provee a sastres de más de sesenta países los mejores tejidos para su confección, con más de cinco mil tipos de lujo, producidos en su histórica fábrica de Yorkshire. Conocida por la calidad de sus aguas, permite que Scabal produzca tal calidad de tejidos con los que se nutren las mejores sastrerías del mundo.

Con esa exquisitez, los experimentos de Scabal provienen del prestigio y el reconocimiento de quienes emplean sus textiles. De ello hace gala en su historia, como la colaboración con Dalí en 1971, que resultó en la integración de una serie de doce pinturas creadas para la marca por el artista y que fueron los patrones de reproducción de una colección especial de textiles Scabal. Esa reputación aumenta en 1972, tras haber ofrecido trajes a la medida para la película de culto “The Godfather”. Destaca el tuxedo de Vito Corleone, interpretado por Marlon Brando.

Es un largo abolengo que confirma la importancia de cualquier colaboración con la prestigiosa industria textil. Y en esa línea, Michel ofrece su experiencia como artista a través de los diseños de JJRamz. Dentro de esta experiencia se insertan obras de su serie “This is America” y una segunda no menos importante como “Game Changer”: pilares de nuestro imaginario social y colectivo devenidos en símbolos subversivos, furibundos, inconformes, desde naturalezas siniestras, con sus vicios y demonios, devenidos en iconos antisistémicos.

Es un proceso de personalización mediante el arte aplicado, una vez más en la alta costura pero desde una estética de culto, probada en su elegancia, maestra en lo sutil de prendas aparentemente hijas de la tradición, pero contemporáneas en detalles, ángulos, cortes y, sobre todo, en interiores que juegan con lo visible y lo escondido, con lo aparente y lo contenido.

En acervos como el japonés, el kimono genera un ritual consciente sobre lo aparencial y lo no visible. Con sus decenas de variantes según funciones, indica un pilar de su cultura, en la medida que nunca muestra la real naturaleza y controla lo que se desea mostrar en una especie de superficie, de representación, que no devela lo que hay detrás. El frente suele ser más limpio, mesurado incluso en su suntuosidad, respecto al envés –más profuso o complejo–. Como aseverando que lo que vemos en la apariencia parece ser más simple que la esencia verdadera del objeto en tanto indicador cultural de una realidad.

Diversamente, la experiencia con Scabal expresa un dato cultural interesante. Porque se hace coherente con la naturaleza germana que influye históricamente en la anglosajona a partir de las normativas anglicanas de la simpleza, la sobriedad, la mesura y no la ostentación explícita. En buena parte del norte europeo, bajo esas influencias conductuales, el individuo es de un modo en el interior y puede diferir del rostro que manifiesta como ser social. Y ahí algo de la esencia estética con la que juega JJRamz. Al final una especie de ardid con la doble naturaleza de la prenda de vestir.

Usar un Scabal diseñado por JJRamz con obras de Michel Acosta es parte de un juego con garbo, que exige saber cómo emplearlo. Fritz Bliesener, famoso tras “The Voice Senior”, sabe bien que no es un saco cualquiera el que posee, como bien lo supo Dalí o Robert de Niro, quien viste trajes bespoke de Scabal en “Casino”, el filme de Scorsese de 1995.

Uno llega a un lugar con su Scabal, saluda y se sienta a la vez que se lo quita cuidadosamente. Tras lo cual, la prenda queda montada en el espaldar de la silla, de modo aparentemente casual, como al descuido. Pero esto es parte de los ardides. Tras compartir, ya cercano el momento de la partida, sigue el acto de ponernos de pie y con gesto gracil, nada brusco, deslizar un brazo dentro de la suave tela interior: el brazo entra directo a la manga, tras lo cual el otro brazo continúa su movimiento de forma armónica y la prenda como que nos enrolla, flotando en el aire con una danza o acto de pericia corporal.

Nada es torpe, ni abrupto. Y con esa suavidad gestual, todos perciben el interior de un Scabal diseñado por JJRamz con obras de Michel Acosta. Y lo sensual aumenta. Y la seducción por la prenda causa efecto.

Escondidas, tras la aparente sobriedad de un diseño perfecto, imágenes provocadoras que son extensión de esa agradable disrupción creada por las obras del artista.

frency. Real Montecassino, marzo de 2022.
Máster en Historia del Arte. Profesor, curador, creador y crítico de arte.

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